Demandamos al Gobierno a fomentar un sistema eléctrico descentralizado y participativo.
Recientemente, Chile ha experimentado eventos que han puesto en evidencia la vulnerabilidad de su sistema eléctrico. En agosto de 2024, cortes de energía prolongados en la Región Metropolitana y otras regiones afectaron al 20% de la población. El 25 de febrero recién pasado, un apagón masivo afectó a más de 19 millones de personas, generando afectaciones en sus vidas y significativas pérdidas económicas. Estos hechos evidencian un sistema eléctrico altamente centralizado, que además no está preparado para enfrentar de manera eficiente y resiliente la crisis climática y ecológica, lo que subraya la urgencia de repensar la forma en que generamos y gestionamos la energía en el país.
Hace más de una década, Chile reguló la generación distribuida(*) a escala residencial a través del «net billing«. Sin embargo, el nivel de adopción de esta tecnología ha sido muy bajo, con una capacidad instalada que no supera los 350 MW, lo que representa apenas el 2% de la capacidad total de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) (CNE, 2025). El desarrollo de comunidades energéticas a través del fomento de la generación distribuida, nos posicionaría mejor para cumplir con los compromisos nacionales e internacionales (Objetivos de Desarrollo Sustentable y Acuerdo de París) sobre acceso a energía asequible y no contaminante, aportando al desarrollo local, reducción de la pobreza energética y colaboración en la acción climática que, abordados con enfoque de género, nos permitirían avanzar también en igualdad y equidad. No obstante, la persistencia de un modelo oligopólico y centralizado nos impide dar robustez social a nuestra energía, aplazando los beneficios socioeconómicos directos para las personas y sus localidades.
El Grupo de Acción por la Energía Ciudadana (Gapec) sostiene que es esencial transformar el modelo energético actual hacia un sistema descentralizado y participativo, que promueva la autogeneración y permita que la ciudadanía organizada y dispuesta a involucrarse en sus consumos energéticos, se beneficie directamente de las energías renovables, generando además un cambio cultural en la forma en que nos relacionamos con ella, tanto desde los usos
como desde el comprender los procesos de mantención y reparación que requieren estos sistemas, contribuyendo a la concientización tanto respecto del sobreconsumo como del desperdicio de energía.
Nuestro propósito es promover cambios regulatorios que permitan a los sistemas eléctricos adaptarse a nuevas realidades y demandas. Esto, a su vez, permitiría la incorporación de nuevos actores y el fomento de nuevas y más fructíferas economías locales, como las cooperativas, y agrupaciones como juntas de vecinos, sistemas de agua potable rural, entre otras, fortaleciendo al mismo tiempo el tejido social.
La mayoría de la población chilena sigue pagando cuentas de luz excesivas por un servicio que es vulnerable ante emergencias. Y eso es solo hablando de la electricidad, sin considerar las dificultades que enfrentan los hogares que viven en pobreza energética por la falta de acceso equitativo a energía de calidad para satisfacer necesidades fundamentales como la calefacción, el agua caliente sanitaria, y la cocción de alimentos. La crisis climática ya no es asunto del futuro sino del presente, por lo que ya no son aceptables justificaciones basadas en fallas inesperadas
frente a eventos críticos y catastróficos: necesitamos innovación pública, tecnológica y social para mejorar la resiliencia de nuestros sistemas energéticos en el contexto de las transiciones energéticas, porque eventos extremos seguirán ocurriendo. Necesitamos soluciones estructurales e innovadoras que nos lleven a un sistema energético nacional descentralizado, desconcentrado y ciudadano.
Por todo lo anterior, desde GAPEC hacemos un llamado urgente a abrir un debate político y legislativo que promueva, a escala nacional y subnacional la participación activa de la ciudadanía, incentive la creación de comunidades energéticas y generación distribuida en diferentes niveles y territorios. Para tal efecto, proponemos que, en lo inmediato, en el proyecto de ley que amplía la cobertura del subsidio eléctrico, se acojan propuestas que incentiven el desarrollo de la generación distribuida, tales como eliminar la obligatoriedad de acreditar la
propiedad conjunta para organizaciones sin fines de lucro y cooperativas, extender las excepciones para el pago de remanentes a proyectos comunitarios desarrollados por éstas y otorgar mayores atribuciones a la SEC para fiscalizar que se realicen oportunamente los descuentos a los usuarios finales copropietarios de proyectos comunitarios.
Asimismo, exigimos que se retome la tramitación del proyecto de ley que impulsa la participación de las ERNC en la matriz energética nacional, a fin de introducir en éste otras propuestas que fomenten el desarrollo de la generación distribuida. Finalmente, hacemos un llamado al Ministerio de Energía, para que implemente una mesa de trabajo en la que se discuta un conjunto de medidas para desarrollar la generación distribuida. Es tiempo de ser un país ejemplar no sólo en tecnologías renovables, sino también en la forma en que estas se distribuyen, de manera justa y
equitativa para toda la población.
(*) La generación distribuida en Chile se refiere a la producción de energía eléctrica a nivel de consumidores
individuales, empresas, comunidades o pequeñas instalaciones, usualmente mediante el uso de paneles solares
fotovoltaicos que son instalados en las viviendas o instalaciones de clientes regulados, a fin de generar electricidad
para el consumo propio y con la posibilidad de inyectar excedentes no consumidos a la red eléctrica.
Organizaciones que adhieren a la declaración:
- ONG Energía Colectiva
- Fundación Chile Sustentable
- Fundación Ecosur
- Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA)
- ONG FIMA
- Greenpeace
- Red Ecofeminista por la Transición Energética
- Fundación Energía para Todos
- Instituto de Ecología Política (IEP)
- Artyc
- Alianza Potencia Energética
- Cooperativa Hunab Ku
- Ciudad Luz
- Prosum, Valdivia
- ONG RedPe